Cómo el Tabernáculo bíblico revela el diseño inteligente de nuestro cuerpo a nivel celular
Explorando la armonía entre el Tabernáculo bíblico y el cuerpo humano
Si eres un apasionado de la biología y crees que nuestro cuerpo es una obra maestra de diseño inteligente, te damos la más cordial bienvenida. Hoy, vamos a analizar los componentes del Tabernáculo y demostrar que Moisés nos estaba explicando, a escala humana, cómo funciona nuestro organismo a nivel celular.
El Nucleo Central del Tabernaculo es el Arca de la Alianza
El núcleo central del Tabernáculo es el Arca de la Alianza, que se asemeja al corazón de una célula, el nucleólo (representado por el área púrpura en el diagrama). Dentro del Arca, encontramos tres elementos: las tablas del testimonio, el maná y la vara de Aarón. Por otro lado, dentro del núcleo de una célula, encontramos el material genético preexistente, es decir, los genes que se heredan. Un nucleótido de ADN se compone de tres elementos: una base nitrogenada (A-C-G-T), desoxirribosa y fosfato.
La similitud entre el nucleólo y el Arca del Pacto es evidente, y todos los organelos se combinan perfectamente con los muebles del Tabernáculo. De hecho, incluso un niño de primaria podría entenderlo. A medida que avanzamos en este estudio, una vocecita en tu cabeza estará constantemente preguntándose: ¿Por qué no enseñan esto en las iglesias?

El cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del acto” (Hebreos 9:4)

Descubriendo los fascinantes misterios del Tabernaculo Biblico.
Adentrándonos en los misterios del Tabernáculo bíblico, nos encontramos con un elemento de gran significado: las Tablas del Pacto. Estas tablas, grabadas por el dedo de Yahweh mismo, representan los cimientos de nuestra identidad y nos guían en nuestro camino espiritual. Su relación con las bases nitrogenadas del ADN revela una fascinante conexión entre lo divino y lo humano.
LAS TABLAS DEL PACTO
Las Tablas del Pacto, que contenían los mandamientos divinos, se asemejan a las bases nitrogenadas que componen el código genético de nuestra existencia. Al igual que las letras en las tablas dieron forma a los mandamientos y las directrices divinas, las bases nitrogenadas del ADN definen nuestra información genética. Estas bases, fundamentales en el lenguaje de la vida, nos dotan de características únicas y nos guían en nuestro desarrollo y evolución. Es un paralelismo sorprendente entre el orden divino y la complejidad intrincada de nuestras células.
EL MANÀ
El maná, aquel alimento celestial que sustentó al pueblo durante la gestación del Tabernáculo, encuentra su equivalente simbólico en la desoxirribosa. Esta molécula esencial del ADN, con su estructura en forma de escalera retorcida, representa el alimento espiritual que nutre nuestro ser. Del mismo modo en que el maná sostuvo al pueblo durante su travesía, la desoxirribosa es el sustento de nuestras células y la base misma de la vida.
LA VARA DE AARÒN
La vara de Aarón, que adquiere gran relevancia al transformarse en serpiente en un episodio bíblico, guarda una conexión simbólica con la hebra de fósforo que une los nucleótidos en el ADN. Esta vara, al igual que la hebra de fósforo, es fundamental en la estructura del ADN y en la transmisión de información genética. La transformación de la vara en serpiente nos lleva a contemplar la sinuosidad y la vitalidad de la hebra de fósforo en el ADN, que juega un papel central en nuestra identidad y en la continuidad de la vida.
¿LA SERPIENTE?
No obstante, surge una pregunta intrigante: ¿qué significado se oculta tras la presencia de una serpiente en el arca? Para comprenderlo, debemos analizar detalladamente este enigma. Es importante recordar que el Arca del Pacto contenía tres elementos significativos, y las Tablas del Pacto eran el primero de ellos. Estas piedras, portadoras de la Palabra de Yahweh, se depositaron en el corazón del Arca, el lugar de la presencia divina en medio del pueblo.
Al explorar esta simbología y su conexión con nuestro cuerpo a nivel celular, nos adentramos en un viaje de descubrimiento y asombro. El Tabernáculo bíblico se revela como un microcosmos de la vida misma, donde la armonía entre lo espiritual y lo físico se manifiesta de manera sublime. A través de las Tablas del Pacto, el maná y la vara de Aarón, somos invitados a contemplar la interconexión entre el orden divino y el intrincado diseño de nuestro cuerpo.
REFLEXION
En última instancia, este análisis nos lleva a reflexionar sobre la maravilla y la belleza de la creación, así como sobre la profunda sabiduría divina que se encuentra en cada aspecto de nuestra existencia. El Tabernáculo, con sus elementos sagrados y simbólicos, nos invita a reflexionar sobre nuestro propósito y nuestra relación con lo trascendental.
Las Tablas del Pacto, grabadas por el dedo de Yahweh mismo, representan la base de nuestra identidad espiritual y moral. Al igual que las bases nitrogenadas del ADN, que contienen la información genética que nos define como individuos, las Tablas del Pacto contienen los mandamientos divinos que nos guían en nuestra conducta y nos permiten vivir de acuerdo con los principios divinos.
EL MANÀ
El maná, aquel alimento celestial que nutrió al pueblo en su travesía hacia la construcción del Tabernáculo, tiene un paralelismo simbólico con la desoxirribosa. Esta molécula, presente en el ADN, es esencial para la replicación y transmisión de la información genética. Así como el maná sostenía físicamente al pueblo en su camino hacia la presencia divina, la desoxirribosa es vital para nuestra propia existencia y desarrollo.
LA VARA DE AARON
La vara de Aarón, que se transforma en serpiente en un episodio significativo, guarda una profunda conexión con la hebra de fósforo en el ADN. Esta vara, como la hebra de fósforo, une los componentes del ADN y asegura la integridad y la coherencia de la información genética. La transformación de la vara en serpiente puede interpretarse como una representación simbólica de la vitalidad y la adaptabilidad de la vida misma, reflejada en la estructura del ADN.
LAS TABLAS DEL PACTO EN EL NUCLEO DEL PACTO
La presencia de las Tablas del Pacto en el núcleo del Arca del Pacto resalta su importancia central en la relación entre lo divino y lo humano. Al igual que las Tablas del Pacto representan la Palabra de Yahweh, el núcleo de nuestras células alberga el material genético que nos define como seres humanos. Es un recordatorio poderoso de que nuestra esencia y nuestra identidad están intrincadamente conectadas con el plan divino.
CONCLUSION
Al considerar el simbolismo del Tabernáculo y su relación con el diseño inteligente del cuerpo a nivel celular, nos maravillamos ante la complejidad y la armonía presentes en la creación. En cada elemento y en cada detalle, encontramos señales de un diseño superior, que nos invita a reflexionar sobre nuestra conexión con lo divino y nuestra responsabilidad como seres humanos.
En última instancia, el estudio del Tabernáculo y su simetría divina nos lleva a un mayor entendimiento de nosotros mismos y del propósito que tenemos en el mundo. Nos impulsa a buscar un equilibrio entre lo espiritual y lo material, y a reconocer la belleza y el orden presentes en la vida misma. Es un llamado a vivir en armonía con los principios divinos y a apreciar la profunda sabiduría que se encuentra en cada célula de nuestro ser.

“Cuando Yahweh dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Yahweh.” (Éxodo 31:18)
Literalmente estas piedras son Palabra de Yahweh y se depositaron en el núcleo del Arca.

EL CORAZON DE LA CELULA
El corazón de una célula es el nucléolo, el cual contiene material genético que es Adenina,
Citosina, Guanina y Timina, en su conjunto estas letras componen párrafos y secuencias que conforman leyes biológicas únicas. Se agrupan en nucleótidos.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14)
En otras palabras: “ Las bases nitrogenadas forman el cuerpo”, y se les llaman así porque están
hechas de nitrógeno.
LA TABLA PERIODICA:
Según la tabla periódica, el nitrógeno es el elemento siete, y este número es el favorito del Padre:
7 lámparas, 7 sellos, 7 trompetas, 7 días, 7 Espíritus, 7 ojos, 7 iglesias, etc.
EL NITROGENO
El nitrógeno tiene 7 electrones, y el profeta Zacarías lo mencionó aquí: “¡Mira, Josué, la piedra que ante ti he puesto! Hay en ella siete ojos, y en ella pondré una
inscripción. ¡En un solo día borraré el pecado de esta tierra! —afirma Yahweh Todopoderoso—.” (Zacarías 3:9)
Una Piedra con 7 ojos, que lleva una inscripción redactada por el dedo de Dios, ¿me sigues?, las
bases nitrogenadas son nuestras partículas de ADN, y el profeta Zacarías nos dice en código
cuántico, el número de electrones que posee el nitrógeno, material del que están hechas las bases
nitrogenadas.
¿Te das cuenta que la piedra con 7 ojos tiene una inscripción?.
Y son nuestro código genético.
ADENINA
CITOSINA
GUANINA
TIMINA
Estamos estudiando la célula que en su núcleo hay material genético, es decir nucleótidos, el cual
es un escalón dentro de las hebras del ADN, y hemos visto que el Arca contenía dentro de sí, las
Tablas de los Mandamientos (ADN) , Maná (Desoxirribosa) y la Vara de Aarón (Fosfato).
Estas tres partículas forman la cadena primordial de donde parte el ADN, con lo cual se podría decir que: “estos tres son los que dan testimonio en la tierra”.
NITROGENO CON SUS 7 ELECTRONES:
A través de esta referencia, podemos apreciar cómo la presencia del nitrógeno, con sus 7 electrones, está presente tanto en la creación biológica como en la revelación divina.
PARALELISMO CIENTIFICO Y ESPIRITUAL:
Este fascinante paralelismo entre los aspectos científicos y los aspectos espirituales nos invita a reflexionar sobre la maravillosa complejidad y armonía presentes en la creación. Las bases nitrogenadas, compuestas por nitrógeno, son la piedra angular de la vida misma, su disposición y combinación en el ADN nos otorgan nuestras características únicas y nos guían en nuestra evolución biológica.
CONEXION ENTRE EL NITROGENO Y LA VIDA:
Al explorar esta conexión entre el nitrógeno y la vida, nos adentramos en una comprensión más profunda de la interconexión entre lo material y lo espiritual. El uso del número 7 en las Escrituras y su relación con el nitrógeno resalta la idea de un diseño inteligente y divino en la creación, en el que cada elemento tiene un propósito y un significado intrínseco.
REFLEXION:
En última instancia, esta reflexión nos lleva a admirar y valorar tanto la complejidad científica como la belleza espiritual presentes en el mundo que nos rodea. Nos invita a unir los conocimientos científicos y las verdades espirituales, reconociendo que ambos aspectos nos revelan diferentes facetas del plan divino y nos animan a buscar una comprensión más profunda de nosotros mismos y de nuestro lugar en el universo.

La Vara de Aarón
Al analizar en profundidad la Vara de Aarón, que se transformó en una serpiente dentro del lugar santísimo, nos encontramos con un fascinante descubrimiento. Resulta que Moisés estaba impartiendo una lección de biología a su pueblo, y la Vara de Aarón, proveniente de la casa de Leví, experimentó un sorprendente proceso de transformación al florecer y dar almendras maduras.
El florecimiento de la vara de Aarón
El pasaje bíblico de Números 17:8 nos relata cómo Moisés entró al Tabernáculo de reunión y presenció el asombroso fenómeno de la vara de Aarón brotando, floreciendo y produciendo almendras maduras. Este proceso de transformación nos sugiere que nuestro ADN caído también será recompuesto en un futuro próximo.
Enfrentamiento entre Moisés y los magos de Egipto
Recordemos el enfrentamiento entre Moisés y los magos de Egipto, como se narra en Éxodo 7:11. El faraón llamó a los sabios y hechiceros, quienes lanzaron sus varas y las convirtieron en serpientes. Sin embargo, la vara de Aarón devoró las varas de los magos. Este episodio nos lleva a reflexionar sobre el simbolismo del fósforo.
Simbolismo del fósforo
El término «fósforo» deriva de PhospHorus, que significa «portador de luz». A nivel atómico, el fósforo es representado por «lucifer». En este contexto, Ezequiel menciona a Lucifer, quien se encontraba en Edén al principio. En Ezequiel 28:14, se hace mención de que Lucifer caminaba sobre piedras de fuego. Esta descripción encaja perfectamente con el fósforo, ya que las piedras de fuego son una representación adecuada del mismo.
Significado del nombre de Aarón y su conexión con la vara de Aarón:
Es interesante destacar que Aarón, el primer Sumo Sacerdote, llevaba consigo el nombre que significa «Portador de Luz». Este título y su conexión con la vara de Aarón, que experimentó una transformación asombrosa, nos invitan a reflexionar sobre la presencia de la luz divina en medio de la oscuridad y la capacidad de la vida para florecer y transformarse.
Conclusión:
En conclusión, el análisis detallado de la Vara de Aarón nos revela una profunda simbología. Desde su transformación en una serpiente hasta su capacidad de florecer y dar almendras maduras, este elemento encierra un mensaje poderoso sobre la transformación y la luz divina. Nos invita a contemplar la belleza y la sabiduría presentes en los relatos bíblicos, así como a buscar una mayor comprensión de nuestra propia conexión con lo divino.

La Palabra profética
En el libro de 2 Pedro 2:19, se nos presenta una poderosa referencia a la Palabra profética, considerada como la guía más segura. Se nos insta a prestar atención a esta Palabra, comparándola con una antorcha que ilumina en lugares oscuros, hasta que el «Lucero de la mañana» salga en nuestros corazones.
Phosphoro y su concepto
Es importante destacar que el término griego utilizado aquí, Strong G5459, es «Phosphoro», que se traduce como «Fósforo» en español. Este término tiene un significado enriquecedor, que abarca conceptos como «encender, luz» y «estrella de la mañana». Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la importancia de la Palabra de Yahweh y su capacidad para iluminar nuestras vidas, guiándonos en medio de la oscuridad y llevando la esperanza y el conocimiento divino a nuestros corazones.
Similitud entre el fósforo y la Palabra profética
Así como el fósforo brilla y trae luz en la oscuridad, la Palabra profética nos guía y nos muestra el camino, trayendo claridad y revelación a nuestras vidas. Nos impulsa a mantenernos atentos a esta Palabra y a permitir que su luz penetre en lo más profundo de nuestros corazones, para que podamos experimentar la plenitud de su mensaje y ser transformados por su sabiduría divina.
En resumen, el pasaje de 2 Pedro 2:19 nos insta a valorar y estar atentos a la Palabra profética, equiparándola con una antorcha que ilumina en lugares oscuros. El uso del término «Phosphoro» o «Fósforo» resalta su capacidad para encender, llevar luz y ser el Lucero de la mañana, guiándonos hacia la verdad y la revelación divina. Nos invita a abrir nuestros corazones y permitir que esta luz divina brille en nuestras vidas hasta que el amanecer espiritual se manifieste plenamente en nosotros. Recuerden la palabra es Yahshua si aceptamos a Yahshua y creemos en El, tenemos esa luz guiando nuestras vidas.

La analogía del Maná
Adentrémonos en el estudio de la fascinante analogía del Maná (Desoxirribosa) y su conexión con el Arca del Pacto y el núcleo de la célula. En el libro de Juan 6:31, se hace referencia a cómo nuestros padres comieron el maná en el desierto, un pan del cielo otorgado por Yahweh. Es importante destacar que los panes son carbohidratos, que a su vez se convierten en celulosa y azúcar.
La Desoxirribosa:
La Desoxirribosa, la partícula que estamos analizando, es una pentosa de azúcar presente en los nucleótidos. Cabe destacar que la Ribosa, literalmente «azúcar», también se encuentra en este contexto. El maná del cielo se asocia con la miel, lo cual nos sorprende y nos revela una conexión maravillosa entre el Arca del Pacto y el núcleo de la célula.
El simbolismo de los querubines:
Sin embargo, aún nos queda explorar el simbolismo de los querubines, que nos lleva al asiento de la misericordia. Un nucleótido es la base de la espiral del ADN, y a partir de ahí se van ensamblando bloque sobre bloque para formar una cadena. El puente de hidrógeno es el responsable de unir estos nucleótidos, siendo la columna vertebral de esta estructura. ¿Y adivina quién es el puente entre Yahweh y el Hombre? El hidrógeno, elemento número 1 en nuestra escala.
Éxodo 25:22:
En Éxodo 25:22, se menciona la presencia de los querubines sobre el arca del testimonio, entre los cuales Yahweh se declara y habla. Estos dos querubines simbolizan nuestro nuevo ADN. Su posición en el ensamblaje de nucleótidos forma principalmente la estructura de los mismos, conectados entre sí gracias al hidrógeno.
La conexión entre el lenguaje bíblico y los conceptos científicos
Estos descubrimientos nos revelan una hermosa conexión entre el lenguaje bíblico y los conceptos científicos. El maná, el azúcar, la miel, los querubines y el hidrógeno se entrelazan en una danza de significados simbólicos, mostrándonos cómo la Palabra divina y la complejidad de la vida se entrelazan de manera sorprendente.
Resumen:
En resumen, al estudiar la analogía del Maná y su relación con el Arca del Pacto y el núcleo de la célula, encontramos un vínculo fascinante entre los conceptos bíblicos y los científicos. La conexión entre el azúcar, los nucleótidos, los querubines y el hidrógeno nos invita a maravillarnos ante la belleza y la sabiduría de la creación divina, y a reflexionar sobre nuestra conexión con lo trascendental en cada nivel de nuestra existencia.

La analogía entre el hidrógeno como la Vid y los nucleótidos como las ramas
Consideremos la profunda analogía entre el hidrógeno como la Vid y los nucleótidos como las ramas, en línea con lo que Yahshua enseñó en Juan 15:5: «Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada». Aquí, Yahshua nos muestra la importancia de permanecer unidos a Él para dar frutos espirituales significativos. Esta conexión vital entre la Vid y las ramas se asemeja a la relación entre el hidrógeno y los nucleótidos, donde el hidrógeno actúa como el elemento esencial que sostiene y nutre a las ramas del ADN.
El concepto del fruto espiritual
Esta analogía nos lleva a reflexionar sobre el concepto del fruto espiritual mencionado en el pasaje bíblico. Podemos verlo como la vara de Aarón floreciendo desde dentro del Arca, iluminando nuestros corazones como una antorcha. De manera similar, en Gálatas 5:22-23, se describen los frutos del Espíritu: «Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza». Estos frutos se manifiestan cuando estamos conectados a la fuente de vida y verdad, a través de una relación íntima con Yahshua.
El Arca del Pacto y el ADN
Ahora, volvamos nuestra atención al Arca del Pacto y el ADN. En el Antiguo Testamento, el Arca del Pacto representaba el lugar sagrado de la presencia de Yahweh, donde se guardaban las Tablas de los Diez Mandamientos y se encontraba el propiciatorio. De manera similar, el ADN es nuestro sagrado templo interior, donde reside la información genética única que nos define como individuos. En 1 Corintios 6:19-20, se nos recuerda: «¿O no saben que su cuerpo es templo del Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo), quien está en ustedes, el cual han recibido de Yahweh?».
CUIDADO con cualquier manipulación genética
Sin embargo, debemos tener cuidado con cualquier manipulación genética que se aleje de los propósitos divinos. En 1 Corintios 3:16-17, se nos insta: «¿No saben que son templo de Yahweh y que el Espíritu de Yahweh habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Yahweh, Yahweh lo destruirá a él; porque el templo de Yahweh, el cual son ustedes, santo es». Esto nos advierte sobre las consecuencias negativas de alterar y pervertir la creación divina.
Resumen:
En resumen, la conexión entre el hidrógeno, los nucleótidos, el Arca del Pacto y el ADN nos revela verdades espirituales y científicas sorprendentes. Nos exhorta a permanecer unidos a Yahshua, a dar frutos espirituales, a valorar la santidad de nuestros cuerpos como templos del Espíritu Santo y a rechazar cualquier manipulación genética que viole los principios divinos. En estas enseñanzas, encontramos la guía y la sabiduría necesarias para vivir una vida en armonía con los propósitos divinos y para preservar la integridad de la creación.
Es esencial recordar:
Debemos recordar el diseño inteligente y la perfección de la creación están intrínsecamente entrelazados con la sabiduría y la voluntad de Yahweh. En el Salmo 139:13-14, se nos revela: «Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien». Este pasaje nos recuerda la maravilla de nuestra existencia y cómo cada aspecto de nuestro ser está cuidadosamente diseñado por el Creador.
RESISTAMOS a las manipulaciones genéticas.
En este contexto, debemos discernir cuidadosamente y resistir cualquier forma de manipulación genética que se aleje de los planes y propósitos de Yahweh. La manipulación genética humana, oculta en laboratorios subterráneos o en cualquier otro lugar, va en contra de la voluntad divina y puede conducir a consecuencias desastrosas. En Deuteronomio 4:2, se nos insta a no añadir ni quitar nada de los mandamientos de Yahweh: «No añadan ni quiten nada a lo que les ordeno. Cumplan los mandamientos del Señor su Yahweh que yo les ordeno».
Confiemos en el diseño perfecto de Yahweh eso es FE
Es fundamental que nos mantengamos fieles a las enseñanzas bíblicas y a los principios morales en todas las áreas de la vida, incluida la genética. Debemos buscar la sabiduría y la guía de Yahweh en nuestras decisiones y acciones, confiando en su diseño perfecto y respetando la dignidad y la santidad de la vida humana.
Conclusión
En conclusión, la analogía entre el hidrógeno, los nucleótidos, el Arca del Pacto y el ADN nos muestra la interconexión entre los aspectos espirituales y científicos de la creación. Nos invita a mantenernos en comunión con Yahshua, a dar frutos espirituales, a valorar nuestros cuerpos como templos del Espíritu Santo y a rechazar cualquier manipulación genética que vaya en contra de los planes y propósitos de Yahweh. Al seguir estas enseñanzas, encontramos el camino hacia una vida en armonía con la voluntad divina y el respeto hacia la santidad de la creación.