¿DE DONDE PROVIENE LA HISTORIA DEL INFIERNO?
Cuando uno es cristiano, aprende a vivir de una manera diferente por temor al infieno, incluso existe una frase que muchos la conocen: «Hay un cielo que ganar y un infierno que evitar» recuerdo perfectamente a una conocida mencionar esta frase con una sonrrisa en los labios. Luego descubri que esta mujer al igual que muchas otras personas que han seguido enseñanzas de ministros con mucho conocimiento bíblico pero con gran falta del Ruaj Hakodesh, se había perdido el gozo de la verdadera salvación que se encuentra en el conocimiento de la bondad de nuestro amado Creador. Cuanto más lo conocemos, más lo amamos. Al darnos cuenta de que hemos desobedecido a Yahweh y hemos vivido en el pecado, en contra de Su voluntad, sentimos tristeza por nuestra vida pasada de desobediencia. Es como se explica en 2 Corintios 7:10, «la tristeza que proviene de Yahweh produce un arrepentimiento que lleva a la salvación». Es lamentable que los que publica y estudian la palabra mantienen su creencia en el infierno. Empesemos por el comienzo.
HABLEMOS DEL CARACTER DE NUESTRO CREADOR
El carácter de nuestro Creador se revela en más de 200 pasajes de las Sagradas Escrituras como un ser misericordioso y compasivo. El Ruaj Hakodesh nos ayuda a entender que Él Yahweh es rico en misericordia y su misericordia es grande sobre los cielos. Podríamos citar muchos pasajes más que muestran que él es amoroso y bondadoso. La definición de «misericordia» en el diccionario Webster es «piedad, favor y abstenerse de hacer daño o castigar a los ofensores».
Si les pidiera que levantaran la mano aquellos que creen que nuestro Creador es un ser misericordioso, estoy seguro de que todos levantarían rápidamente las manos. Pero, ¿por qué algunos líderes religiosos describen a nuestro amado Creador como un ser cruel y despiadado que condena a la gente al tormento eterno en un lago de fuego?
Esas enseñanzas son erróneas y diabólicas y surgen del antiguo paganismo, inventadas para obtener ganancias y alimentadas por el «amor al dinero». Es importante defender el carácter noble y amoroso de nuestro Creador, quien es descrito en la Biblia como un Padre lleno de amor, compasión y misericordia. No podemos permitir que la mala interpretación de las Escrituras nos lleve a creer en una imagen distorsionada de nuestro amado Creador.
Debemos preguntarnos: ¿cómo podemos reconciliar la idea de un Elohe amoroso y misericordioso con la creencia en un infierno eterno? ¿Cómo podemos justificar el hecho de que un ser que es descrito como amoroso y compasivo permita que sus criaturas sufran en un lago de fuego por toda la eternidad?
La verdad es que la idea del infierno eterno no es bíblica. La Biblia habla de la justicia divina, pero no enseña que Yahweh torturará a sus criaturas en un lago de fuego por toda la eternidad. La idea del infierno eterno surge de una mala interpretación de las Escrituras y del deseo de algunos líderes religiosos de controlar y manipular a sus seguidores a través del miedo.
Es importante recordar que nuestro Creador nos creó por amor y para el amor. Él nos dio el libre albedrío para que podamos elegir seguir su voluntad o no. Pero la elección de seguir o no a Yahweh no es una decisión que debamos tomar por temor al castigo eterno, sino porque deseamos vivir en una relación de amor y comunión con nuestro Creador.
En lugar de temer al infierno, debemos centrarnos en el amor y la misericordia de nuestro Creador y en su deseo de que vivamos en armonía con su voluntad. Debemos buscar una relación más profunda con Yahweh por medio del Ruaj Hakodesh, no por temor al castigo, sino por amor a Él y a su creación.
En conclusión, el carácter de nuestro Creador es de amor, compasión y misericordia. Debemos defender su carácter noble y amoroso y rechazar cualquier enseñanza que lo describa como un ser cruel y despiadado. Debemos recordar que la elección de seguir o no a Yahweh no debe ser motivada por el miedo al castigo eterno, sino por el deseo de vivir en una relación de amor y comunión con nuestro Creador.
EL PURGATORIO
El purgatorio es una creencia que se dice es un lugar de fuego donde los pecadores van para purificarse. Se cree que la estancia en este lugar depende de las oraciones de los sacerdotes, quienes afirman tener el poder de sacarlos de allí por medio de sus rezos y llevarlos al otro lado. Los sacerdotes de la Iglesia Católica Romana reciben grandes sumas de dinero de los ricos para sacar rápidamente a sus seres queridos de allí y minimizar su sufrimiento.
Del mismo modo, algunos clérigos protestantes enseñan que el «infierno» es un lugar de fuego donde las personas sufren en un estado consciente. En lugar de orar para sacar a las personas de allí a cambio de dinero, asustan a la gente con sermones sobre el «fuego del infierno» para aumentar sus congregaciones y mantener su ministerio. Si las personas pierden su interés y membresía en la iglesia, se dice que irán al infierno para sufrir los dolores del tormento eterno. En ambos casos, esta creencia errónea y diabólica se utiliza con fines mercantiles.
Es importante recordar que el carácter de nuestro Creador es de amor, compasión y misericordia. No hay un déspota humano tan cruel y despiadado como para quemar y torturar a otro ser humano por 30 días, y mucho menos por toda la eternidad. Debemos rechazar cualquier enseñanza que describa a nuestro Creador como un ser brutal y despiadado. En lugar de asustar a la gente con la idea del infierno, debemos enfatizar la bondad y el amor de Yahweh como motivación para la obediencia y el arrepentimiento.
En conclusión, la creencia en el purgatorio o el infierno eterno se basa en una mala interpretación de las Escrituras y se utiliza con fines mercantiles. Debemos rechazar cualquier enseñanza que describa a nuestro Creador como un ser cruel y despiadado. En lugar de enfatizar el miedo al castigo eterno, debemos enfocarnos en la bondad y el amor de Yahweh como motivación para la obediencia y el arrepentimiento.
La historia de Robert Ingersoll: de la fe a la incredulidad y la lucha contra la difamación religiosa
En los primeros días de la vida de Robert Ingersoll, se cuenta cómo se convirtió en uno de los más notorios incrédulos que el mundo haya conocido.
Según la historia, durante una clase de escuela dominical, la maestra le dijo a la clase de niños que si no eran buenos, irían al infierno y serían torturados para siempre. Ingersoll le preguntó a la maestra qué significaba la frase «para siempre» y cuánto tiempo duraría. La maestra usó una ilustración para explicar la idea: «Imagina que un pájaro viniera de una de las estrellas y tomara un grano de arena y lo llevara de regreso a la estrella, y llevara un grano cada año. Ustedes estarían en el infierno por todo el tiempo que le tome a ese pájaro llevar todo el mundo, grano a grano, a esa estrella». Ingersoll entonces preguntó quién había creado ese lugar de tortura, a lo que la maestra respondió: «>Dios».
Se dice que Ingersoll resolvió ser un enemigo de ese «Dios» y de su libro, la Biblia, mientras viviera. Y así fue. Los libros que escribió en contra de la Biblia se encuentran en muchos idiomas y en todas partes. Esta difamación antibíblica de nuestro amoroso Creador destruyó la fe y robó la eternidad a incontables personas.
Esta doctrina engañosa oculta la verdad al mundo. Los sacerdotes y clérigos se aprovechan de ella para llenar sus bolsillos a expensas de las viudas y los huérfanos. Se basa en la interpretación errónea de algunos pasajes de la Biblia, los cuales, al interpretarse de esa manera, envuelven a toda la Biblia en una contradicción directa que también destruye la fe de las almas honradas e inteligentes, produciendo miles de incrédulos.
Asustar a la gente para que se una a la iglesia y se mantenga fiel a la obra del Maestro es exactamente lo contrario de lo que enseñó Yahshua y produce miembros de iglesia pero no creyentes nacidos de nuevo.
¿CUAL ES EL DESTINO DE LOS IMPIOS?
El destino de los impíos según la Biblia es un tema polémico y se ha usado durante siglos para asustar a las personas y controlarlas a través del miedo. Sin embargo, una lectura cuidadosa de la Escritura revela que la vida eterna solo se encuentra a través de la aceptación del sacrificio expiatorio del Mesías. Los impíos, por otro lado, enfrentan la muerte y la destrucción.
Pasajes como los citados aquí describen el destino final de los impíos, que se desvanecerán como la galanura de los prados, serán consumidos como hojarasca completamente seca y serán convertidos en cenizas, polvo bajo los pies de los justos. La enseñanza tradicional del tormento eterno en el infierno es una mentira y no se encuentra en la Biblia.
La verdadera comprensión de este tema es esencial para la perseverancia espiritual. La creencia en un Creador que preparó un gran abismo de fuego y terrores para arrojar a todos los seres humanos es una terrible blasfemia que no se encuentra en la Escritura cuando se interpreta correctamente. Debemos rechazar esta enseñanza engañosa y abrazar la verdadera enseñanza bíblica sobre el destino final de los impíos.
La Biblia Kadosh nos enseña que el Creador es amoroso y misericordioso, y que desea que todos los seres humanos encuentren la vida eterna a través de su Hijo. En Juan 3:16-17, leemos: «Porque tanto amó Yahweh al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Yahweh no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.»
Los pasajes que describen el destino final de los impíos no deben interpretarse literalmente, sino como una advertencia contra el mal y una llamada al arrepentimiento y la transformación. En Ezequiel 18:23, leemos: «¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío? —afirma el Elohe omnipotente—. ¿No preferiría más bien que se apartara de sus malos caminos y viviera?»
Es cierto que los predicadores del tormento eterno evitan usar pasajes que contradicen su enseñanza. Sin embargo, es importante que todos los cristianos sepan la verdad sobre este tema y se esfuercen por comprender la Escritura de manera correcta. En 2 Timoteo 2:15, se nos insta a «esforzarnos por presentarnos ante Yahweh como quienes han sido aprobados, obreros que no tienen de qué avergonzarse y que interpretan rectamente la palabra de verdad.»
En resumen, la Biblia con la guia del Ruaj Hakodesh nos enseña que la idea del tormento eterno en el infierno es una creencia falsa. La vida eterna solo se encuentra a través de la aceptación del sacrificio expiatorio del Mesías, como lo dice Juan 5:24: «En verdad les digo que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.» Los impíos enfrentan la muerte y la destrucción, como se afirma en Romanos 6:23: «Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Yahweh es vida eterna en Yahshua Hamashia, nuestro Adon» Debemos rechazar la enseñanza engañosa y abrazar la verdad sobre el amoroso y misericordioso Creador que desea que todos encuentren la vida eterna a través de su Hijo.

«El verdadero significado de la palabra
‘infierno’ en la Biblia»
La palabra «infierno» es una palabra latina que los traductores de la Biblia española han usado en algunas ocasiones para traducir palabras como sheol y hades. Sin embargo, esta palabra no debe ser interpretada literalmente, sino que se refiere al lugar oculto o la sepultura. De hecho, en la Reina-Valera más antigua, sheol se traduce como «sepulcro» y «sepultura» en la mayoría de los casos. La palabra hebrea sheol se refiere al lugar oculto donde los muertos residen y no significa en absoluto un lugar de tormento eterno. Es importante entender que esta palabra se refiere a la condición del hombre en la muerte, donde todo está oculto, excepto para el ojo de la fe. Por lo tanto, no debemos confundir la palabra sheol con el moderno concepto de «infierno» como un lugar de sufrimiento eterno. En lugar de eso, debemos comprenderla como la sepultura, el lugar oculto o el lugar de descanso después de la muerte, y entender que la resurrección es la esperanza del creyente.
La palabra hebrea «sheol» aparece en la versión Reina-Valera antigua traducida como «infierno» en varios pasajes de la Biblia. Sin embargo, esta traducción no siempre refleja el significado original de la palabra, que se refiere al lugar de los muertos o al sepulcro. A continuación, se presentan algunos ejemplos en los que «sheol» se traduce de forma más precisa como «sepultura», «sepulcro», «huesa», «fosa», «hoyo» o «abismo».
Por ejemplo, en 2 Samuel 22:6, se describe una figura en la que el dolor lleva a uno a la tumba y en Job 11:8 se hace referencia a la profundidad del lugar de los muertos. En Salmo 9:17 se indica que los malvados serán trasladados al «sheol», que representa la condición de la muerte. En Salmo 55:15 se condena a los malvados a la muerte y en Proverbios 15:11 se indica que el lugar de los muertos está ante Yahwéh.
LA PALABRA SHEOL EN LA BIBLIA
La versión Reina-Valera antigua de la Biblia traduce la palabra hebrea «sheol» como «infierno» en varios pasajes. Sin embargo, esta traducción no siempre refleja el significado original de la palabra, que se refiere al lugar de los muertos o al sepulcro. A continuación, se presentan algunos ejemplos en los que «sheol» se traduce de forma más precisa como «sepultura», «sepulcro», «huesa», «fosa», «hoyo» o «abismo».
En 2 Samuel 22:6, se describe una figura poética en la que el dolor es representado como llevando a uno a la tumba. En Job 11:8, se hace referencia a la profundidad del lugar de los muertos y a la imposibilidad de conocerlo en su totalidad. En Salmo 9:17, se indica que los malvados serán trasladados al «sheol», que representa la condición de la muerte. En Salmo 55:15, se condena a los malvados a la muerte y en Proverbios 15:11 se indica que el lugar de los muertos está ante Yahwéh.
Sin embargo, en otros pasajes, como en Habacuc 2:5, se utiliza la palabra «sheol» para referirse al alma ensanchada del hombre. Además, se presentan treinta y cinco pasajes en los que la palabra «sheol» se traduce como «sepultura», «sepulcro», «huesa», «fosa», «hoyo» o «abismo», como en Génesis 37:35, Salmos 6:5 o Eclesiastés 9:10.
Es importante tener en cuenta que el significado de «sheol» es complejo y variado, por lo que es importante analizar cada contexto en su conjunto con la guia del Ruaj Hakodesh, para entender su significado específico en cada caso.
En resumen, la palabra «sheol» es una palabra hebrea que se utiliza para referirse al lugar de los muertos o al sepulcro. En la versión Reina-Valera antigua de la Biblia, esta palabra se traduce a veces como «infierno», pero esto no refleja su significado original. Algunos pasajes poéticos hacen uso de la palabra «sheol» para simbolizar el dolor y el sufrimiento, mientras que otros pasajes utilizan la palabra para describir la condición de la muerte.
EL INFIERNO SEGUN EL NUEVO TESTAMENTO:
En los Escritos Apostólicos del Nuevo Testamento, la palabra griega «hades» se corresponde exactamente con la palabra hebrea «sheol». El apóstol Pedro cita el Salmo 16:10 en Hechos 2:27, en el que se traduce «sheol» como «hades» en griego y como «infierno» en la versión española de Reina-Valera del 1602. Sin embargo, es importante aclarar que lo que se ha llamado equivocadamente el «infierno» no es otra cosa que el sepulcro, donde están todos los muertos, buenos y malos, y donde estuvo el Salvador por tres días.
Para aquellos que aman al Creador y quieren eliminar cualquier calumnia que sugiera que Él es un ser inmisericorde y cruel, les pedimos que consideren una explicación más razonable y bíblica que también elimina cualquier aparente contradicción en la Biblia.
Este es un ruego en defensa del carácter del Creador, y humildemente pedimos a todos los nuestros lectores que estén dispuestos a recibir corrección del Ruaj Hakodesh y contribuyan a eliminar cualquier deshonrosa calumnia contra nuestro Creador, por su amor al Todopoderoso.
Dado que las Sagradas Escrituras son el producto del Ruej Hakodesh que habló a través de hombres inspirados, no puede haber contradicciones en su testimonio. Por lo tanto, pedimos a los lectores que oren pidiendo al Ruaj Hakodesh revelacion en estos pasajes bíblicos, especialmente en Malaquías 4 y Abdías 1:18, que nos enseñan que a los impíos no se les dejará ni raíz ni rama, sino que serán cenizas bajo los pies de los justos. Además, su castigo será la «destrucción eterna», como se menciona en 2 Tesalonicenses 1:9, lo que significa que serán como si nunca hubieran existido.
En lugar de aferrarnos a interpretaciones erróneas o superficiales, debemos profundizar en la Palabra de Yahweh con la guia del Ruaj Hakodesh para comprender mejor su carácter amoroso y justo. Asimismo, debemos estar dispuestos a recibir corrección y crecer en nuestra comprensión de la verdad.
Por lo tanto, instamos a todos aquellos que aman al Creador a mantener una mente abierta y a buscar una comprensión más profunda y precisa de las enseñanzas bíblicas. Al hacerlo, podemos eliminar cualquier calumnia contra nuestro Creador y glorificar su santo y verdadero nombre.
Cómo explicar correctamente los pasajes aparentemente contradictorios en la Biblia
Hoy en dia existen numerosas discusiones con ministros cristianos acerca del tema de la condenación eterna. En estas discusiones, muchos de ellos han utilizado erróneamente el siguiente pasaje bíblico:
«Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y del Poderoso descendió FUEGO DEL CIELO, Y LOS CONSUMIÓ. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.»
En realidad, este pasaje no se refiere a la condenación eterna de los pecadores, como muchos predicadores modernos afirman. En cambio, se refiere al destino final de Satanás, la Bestia y el Falso Profeta, los cuales son símbolos de organizaciones falsas.
De hecho, el pasaje es coherente con el resto de las Escrituras en cuanto al destino final de los impíos. En el verso nueve, se afirma que el fuego del cielo consumió a los impíos, lo que significa que fueron devorados y que su existencia llegó a su fin.
En Daniel 12:2, se habla de los impíos despertando para vergüenza y confusión perpetua. Esta «vergüenza perpetua» no se refiere a la tortura eterna o el sufrimiento sin fin, sino a los sentimientos o acciones que las personas tienen hacia los impíos, que se consideran bajos e indignos de consideración.
Por lo tanto, es importante entender correctamente estos pasajes bíblicos para comprender la verdad bíblica en lugar de añadir interpretaciones erróneas que difamen el carácter del Todopoderoso.
El destino de los impíos según Mateo 25:46 es un tema de controversia, pero una interpretación errónea sería que serían atormentados para siempre en un infierno. Esto contradice la noción de que la vida eterna solo se otorga a los justos, según 1 Juan 3:5. Por lo tanto, la recompensa de los justos es la «vida eterna», pero nunca se le aplica tal término a los impíos.
Además, el castigo eterno mencionado en Mateo 25:46 no especifica cuál será ese castigo. Otros pasajes bíblicos sugieren que este castigo será la muerte, la destrucción o la aniquilación, lo que significa que los impíos dejarán de existir en lugar de ser atormentados para siempre. Es importante recordar que «eterno» en este contexto significa que una vez que sean destruidos, nunca más volverán a ser resucitados, y serán como si nunca hubieran existido, como lo afirma el profeta. Es necesario comprender correctamente estos pasajes para no tergiversar la verdadera naturaleza del Creador y su justicia.
Marcos 9:47,48: «Y si tu ojo te hace pecar, sácalo; más te vale entrar en el Reino de Dios con un solo ojo, que ser echado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano que los devora no muere, y el fuego no se apaga.»
Si observas una Biblia con referencias marginales, verás que hay un pequeño número o letra al lado de la palabra «infierno», que hace referencia al margen, donde se encuentra la palabra «gehena». Cualquier diccionario bíblico te dirá que «gehena» o «guehena» es el nombre del valle que bordea Jerusalén al sur, también conocido como el «Valle de Hinom». En este valle se tiraba toda la basura de la ciudad, así como los cadáveres de animales como asnos y camellos. Se mantenía un fuego ardiendo constantemente para quemar estos cadáveres, mientras que los gusanos se encargaban de consumir la carne que quedaba alrededor. Busca la palabra «guehena» en el diccionario de Webster, y te dirá: «El Valle de Hinom cerca de Jerusalén donde se arrojaban desperdicios y se mantenían fuegos ardiendo constantemente para prevenir la pestilencia, por lo tanto, un lugar de crematorio.»
Eso es exactamente a lo que se refería Yahshua, ni más ni menos. Él dijo «gehena», y eso es lo que encuentras en la forma griega que nuestra versión Reina-Valera tradujo incorrectamente como «infierno».
La idea de que el cielo y el infierno están tan cercanos que se puede ver y hablar de uno al otro lado, y que las personas en el infierno podrían reconocer a sus parientes en el cielo y pedirles que vengan a ayudarlos, es una interpretación literal de una parábola. La parábola de Lázaro y el rico es una enseñanza acerca de los judíos y los gentiles, y no debería ser tomada como una descripción literal del futuro de todos los justos y los impíos.
Para demostrar que esta es una parábola, podemos observar que en el capítulo 15:1 se nos dice que todos los publicanos y pecadores se acercaban a Yahshua para oírle, y en Mateo 13:34 se indica que él solamente les hablaba en parábolas. Además, en el principio del capítulo 16 tenemos la parábola del «mayordomo infiel», que generalmente se entiende y se admite que es una parábola de la nación judía cuya mayordomía les fue quitada. En este contexto, la parábola de Lázaro y el rico representa espiritualmente a la nación judía y a los gentiles, respectivamente.
La mayordomía le fue quitada a la nación judía, y fueron llevados cautivos a todas las naciones (Lucas 21:24). Han sido perseguidos y asesinados, destruidos en campos de concentración y prisión durante el tiempo de los gentiles. En Levítico 26:21-31, Yahwéh dice que los esparcirá entre sus enemigos y sacará la espada tras ellos para castigarlos siete veces más por sus pecados. En Deuteronomio 32:24 se profetiza que los judíos serán quemados con hambre y devorados por calor ardiente y por amarga destrucción. Todo esto les ha sucedido, y por lo tanto, ellos verdaderamente han entrado en un mundo de castigo, como se describe en la parábola.
El pobre Lázaro representa a los gentiles que en otro tiempo estaban sin el Mesías, extranjeros a la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin poder en el mundo (Efesios 2:11, 12). Por lo tanto, esta parábola no debe ser interpretada como una descripción literal del futuro de los justos y los impíos, sino como una enseñanza espiritual acerca de los judíos y los gentiles.
Aquí se habla de la nación de Israel como un hombre rico, mientras que los gentiles son descritos como sin esperanza y sin el Poderoso. El verso siguiente (13) indica que ambas partes se han acercado por medio de la sangre del Mesías. En Romanos 6:10-11 se describe a los gentiles de la siguiente manera: «Pero en cuanto a que murió, murió para el pecado una sola vez… Así también ustedes, considérense muertos al pecado, pero vivos para el Poderoso en el Mesías Yahshúa nuestro Soberano.» De esta forma, los gentiles (representados por el pobre de la parábola) mueren al pecado y luego son recibidos en las bendiciones del seno de Abraham, como lo fue el pobre en la parábola, quien comía las migajas que caían de la mesa del rico, la mesa judía, «porque a ellos les fueron encomendados los oráculos del Poderoso» (Romanos 3:1-2).
En Efesios 2:14 se hace referencia a la pared divisoria entre judíos y gentiles, similar al abismo descrito en Lucas 16:26 en la parábola. Además, el rico (el pueblo judío) menciona tener cinco hermanos (verso 28), lo que se refiere a las cinco sectas religiosas judías de la época, es decir, los fariseos, saduceos, herodianos, esenios y nazarenos.
Los últimos dos versos de esta parábola confirman una vez más que se trata de la nación judía, y que estos cinco hermanos eran judíos, ya que dice: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien resucite de entre los muertos.» Y ellos no se convencieron después de la resurrección del Mesías, quien resucitó de entre los muertos.